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Post by Morgan Ronhart on Jun 16, 2022 20:33:39 GMT
Con el pasar del tiempo, la familia, las amistades y las relaciones forman parte de una montaña rusa de emociones; algunas veces son dulces recuerdos, mientras que en otras ocasiones los sabores se tornan amargos. Uno pensaría que por la misma personalidad de Morgan estaría rodeada de personas pero a pesar de aquello, la chica era más solitaria de lo que parecía... Ya fuera selectividad, preferencia o coincidencia, no parecía afectarle a simple vista el mantener las cosas así. Aunque había alguien en específico que rompía con aquel límite invisible de la loba. Aisling. A pesar de carecer de un vínculo de sangre, ambas compartían muchas cosas en común, y para Morgan, ella había sido un pilar que no la dejó caer en su momento más oscuro... algo que sin duda valoraba más que nada. La morena había citado a Aisling al punto del ocaso a su cabaña para partir de ahí hacia el bosque. Yacía sentada en el barandal de madera del pórtico con la espalda recargada en uno de los pilares y una taza de té acompañándola a medida que la neblina y el frío se hacían presentes en el bosque, dejando que la naturaleza cubriera su origen y acunara sus instintos. Había nevado un poco días anteriores, dejando una ligera capa blanquecina sobre el suelo del bosque; el tinte de color del cielo dejaba ver como el hilo de oro sobre la copa de los árboles poco a poco se iba trasmutando a uno plateado con la caída de la noche.
Le esperó sintiendo como la pequeña brisa gélida peinaba su cabello y acariciaba su piel, llenando de recuerdos y de esperanza a verla llegar bien; había pasado mucho desde la última vez que la había visto, al menos tenía contemplada aquella visita como un ponerse al tanto de como iban marchando las cosas en sus vidas... pero sobre todo, ver que ambas estuvieran con vida y sanas. Al menos no todo se mantenía en silencio, era algo que le encantaba del lugar, la naturaleza brindando su cobijo y arrullo de más animales cantando y el viento dejando aullar los pinos en una sinfonía tan tranquila y agradable. Esbozó una sonrisa sutil, con la mirada algo perdida sobre el lago, un recuerdo pasajero de ambas chicas corriendo y el millar de conversaciones que ese lugar guardaba. — Me has hecho mucha falta... — susurró antes de dar un pequeño sorbo a su taza aún humeante.
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Post by Aisling Lynch on Jun 21, 2022 1:45:46 GMT
Alguna vez le hicieron la extraña y fascinante pregunta de que haría si pudiera viajar al pasado. Muchas personas responderían eventos que cambiarían el curso de la historia para bien o para mal, ella pensó en algo sencillo que no involucraría caos en el espacio/tiempo como había visto en muchas películas. Iría con ella misma, a aquel claro donde lloraba sin consuelo. Pequeña y encadenada, con moretones y cortadas aullando a la luna por ayuda. Iría y le diría que todo saldría bien, que no solo tendría un hogar y una madre que la querría como si fuera suya, le diría que tendría una amiga que no solo la aceptaría por como ella era, si no que serían iguales y juntas aullarían a la luna para celebrar y no parar rogar. - Mmm...El bosque me hace pensar cosas raras. - dijo, a si misma mientras caminaba por la ligera nieve. Con un paso calmado pero firme, no tenía que pensar hacia donde iba. Sus piernas sabían muy bien a donde, después de todo era su otro hogar. Había conocido a Morgan, su más cercana amiga, desde que eran pequeñas. Justo en ese bosque que básicamente las había criado junto a su familia. Con el paso del tiempo ambas se habían ido ocupado de otros asuntos, ella tenía un pequeño departamento en la ciudad para poder trabajar y estudiar pero siempre terminaba volviendo al bosque. El lugar donde podía ser ella. Su nariz le indicó la cercanía al lugar, olía a flores, tés y su amiga. Apresuró el paso los últimos metros y llegó corriendo. - MORGAN. - gritó feliz, sin necesidad de ocultar los sentimientos que le provocaba volver a ver a su vieja amiga. Al avanzar hacia la escalera tropezó un poco pero recuperó el equilibrio para abrazarla. - Es bueno verte de nuevo. - dijo y se hundió un poco en su cabello esponjado. Se separó para observarla y sonrió. - ¡No haz crecido nada! - Bromeó con una risita, y levantó ambas manos para rendirse incluso antes de molestar a Morgan. Ella bien sabía que su amiga era fuerte y resistente como ninguna. - ¿Estás lista? Tal vez hoy podamos cazar un ciervo enorme. - dijo estirando ambas manos, describiendo el tamaño de un gran animal. Con ella solo llevaba una pequeña mochila con ropa, algo de agua y vendas, por si acaso. Ellas estaban acostumbradas a sacarlo todo de su bosque.
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Post by Morgan Ronhart on Jun 24, 2022 3:02:19 GMT
Su mirada comenzaba a entrecerrarse un poco, estaba cediendo ante la calma del bosque y un pequeño ulular a la distancia. Y sin poder hacer mucho al respecto, su rostro siempre terminaba sonrosado por el frío, en especial sus mejillas y nariz, un aspecto bastante notorio en ella; abrió de nuevo sus ojos al escuchar pasos e irguiendo la espalda para estar atenta a quien se estuviera acercando, esperando ver a su amiga. Si bien estaba consciente de que era un lugar que solo ellas conocían... si llegase alguien a encontrar ese "santuario", las aguas se tornarían bastante densas.
Pero todo miedo e inseguridad se esfumaron cuando a la distancia la vio acercándose a toda prisa. Ella tampoco tardó en dejar de lado su té y prepararse para el gran abrazo entre ambas aunque ya casi se lanzaba al rescate del pequeño tropezón de su amiga.
— ¡Ash! — Correspondió con una enorme sonrisa — Puedo decir lo mismo, te extrañé mucho — completó para frotar un poco su rostro en aquel agradable reencuentro.
Apenas se había separado con una sonrisa de oreja a oreja viéndola cuando ese comentario la tomó desprevenida, haciendo que levantara ambas cejas en sorpresa. La risa no se hizo esperar por parte de la morena, negando ante su broma — Quizá tu eres la que me esta robando la estatura que me falta — regresó la broma entre carcajadas. Imitó el gesto de sus brazos demostrando el tamaño, pero Morgan terminó por aprovechar a abrazarla y cargarla por encima de su hombro sin mucho problema.
— Pero la altura no es un impedimento para cargarte cual pluma — Pequeñas risas traviesas se le escapaban mientras caminaba con su amiga en el hombro entrando a la cabaña. Si bien no tardó mucho en bajarla, le daría su espacio para acomodar sus cosas. — Puedes acomodar tus cosas donde gustes, igual preparé mantas y algunas cosas para cuando regresemos. Saldremos en cuanto estés lista. —
La cabaña no era para nada grande, pero tenía el espacio suficiente como para dos personas un poco apretado, aunque para la morena se viera más cómodo que ajustado. Indudablemente era una construcción bastante vieja, se notaba en algunos daños en las maderas, tales como raspones y el olor más antiguo de las cosas. La mayoría de muebles estaban hechos de madera en acabados rústicos y con varias mantas, almohadas de color esparcida por varios lados... Morgan no era la mas organizada, pues entre su desorden encontraba su propio orden. La cabaña igualmente contaba con una población grande de plantas, algunas que la castaña dejó secando y otras nuevas. En uno de varios pilares gruesos de madera, habían unas marcas de estaturas con números marcados, una "A" y una "M" grabada en cada lado. Un recuerdo de las dos jóvenes enfocándose en quien llegaría a ser la loba más grande entre ellas; a un inicio iban bastante parejas... pero conforme pasaban los años, una marca subió mucho más notoriamente que la otra.
Regresó al pórtico por su taza casi terminada, abriéndose paso hasta la cocineta dejando el traste en el fregadero para por fin terminar su recorrido pegando un pequeño salto para sentarse en la encimera de la cocina, viendo a su amiga desde ahí.
— Pero cuéntame, cuéntame, ¿Qué ha sido de ti últimamente? — preguntó entusiasmada balanceando un poco sus pies en la altura
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Post by Aisling Lynch on Jun 28, 2022 18:45:28 GMT
Si, una parte de ella jamás se dejaría de sorprender por la fuerza que demostraba su amiga. No solo por su tamaño, también porque siempre había sido una persona amable con un toque delicado que también era capaz de curar. Como lo había hecho desde que eran niñas y ella se tropezaba y terminaba con alguna raspadura. - Tu fuerza si que no para de crecer. - Concordó, compartiendo el buen humor con el que había iniciado su reencuentro. - Muchas gracias, no tardaré mucho. - dijo y comenzó a acomodar algunas de las cosas en los lugares que ya conocía bien de esa cabaña.
Su nariz comenzó a llenarse del olor del ambiente y desencadenaba recuerdos que le traían una nostalgia feliz y tranquila. Nunca en su vida se hubiera imaginado que tendría la suerte de contar con un lugar tan cálido y lleno de amor a que ir. Con sus pasos recorrió el espacio como si fuera la primera vez que lo veía, hace tiempo que no pisaba ese lugar y era algo abrumador, aunque no en el mal sentido. Sonrió al acercarse a aquel pilar y colocó su dedo sobre las marcas para recorrerlas, al final ella había ganado la carrera de la altura pero Morgan nunca se había quedado atrás en las cosas que importaban. Al terminar de acomodar se acercó a su amiga y volvió a sonreírle. Su pregunta la hizo suspirar un poco y se rascó la cabeza algo apenada. - El trabajo ha estado difícil, ya sabes lo imbécil que pueden ser los clientes de las cafeterías, le gruñí a uno sin querer...por suerte no hubo mucho escandalo al respecto y mi gerente es buena onda. - Se colocó de brazos cruzados, recargándose también en la encimera al lado de ella. - Creo que también es por estar tanto rato en la ciudad, necesitamos desahogarnos de vez en cuando y ser más...bestias. - Lo último lo dijo con un tono de broma bastante marcado, se encogió de hombros. - Pero quería darte una buena noticia, perdón que tardara tanto en decírtelo pero quería ver tu expresión...Logré entrar a la universidad, se que va a ser complicado con todo lo que hay que hacer pero espero por fin poder estudiar algo. Es la carrera de zoología y creo que me queda bien...¿No? - Preguntó a su amiga con una sonrisa nerviosa, era el paso más difícil que había hecho hasta ahora en su vida y quería contar con su apoyo, que en parte ya sabía que lo tendría.
- ¿Y qué hay de ti? Mi madre no para de preguntarme por ti e insistirme que venga a verte, me alegro mucho que hayamos encontrado el tiempo para hacer esto.
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Post by Morgan Ronhart on Jul 9, 2022 23:26:39 GMT
Una sonrisa se dibujo sobre su rostro al escuchar aquella anécdota sobre lo difícil que podían ser algunos clientes y la fuerza de voluntad de su amiga por no desfogarse por completo más que un gruñido. La entendía por completo, sin poder ocultarlo más, una sonrisa la delató en el acto con un ligero meneo de cabeza.
— Ni lo menciones — dijo con un bufido divertido — Nunca faltan ese tipo de clientes, tanto en la florería como en el restaurante en el que trabajé... Me alegra escuchar que al menos tu gerente es más tranquilo —
No le podía quitar la vista de encima, la azabache tenía bien clavadas las dos esmeraldas de su amiga con una mirada dulce con una ligera sonrisa, se le veía feliz con su simple presencia y cercanía. Por muy risueña y extrovertida que parecía ser la morena, en realidad se guardaba muchas cosas, aparentando, nunca sabiendo si había algo ocurriendo con ella o si las cosas marchaban con viento a popa como siempre.
— Precisamente para eso son estos "escapes" de la ciudad y que mejor que salir de caza con tu hermana — añadió antes de guardar completo silencio para escuchar la noticia.
Por un momento su rostro se mostró preocupado ante sus primeras palabras, decía ser bueno pero el haber esperado hasta verla de frente le consternó. "No, es bueno, debe estar bien... no hay nada que temer". Se repetía rápidamente. Poco a poco fue relajando su semblante y ensanchando su sonrisa, al mismo tiempo que destensaba sus hombros, dejándolos caer.
— ¡Ash! ¡Eso es estupendo!. ¿Cuándo empiezas?. Pero que digo, ¡te irá de maravilla, ya lo verás! — se aceleró bastante no pudiendo ocultar la emoción que sentía en el momento por ella. Terminando por lanzarse desde donde estaba sentada para arrojársele a un abrazo. — Mientras disfrutes lo que haces no será un trabajo, te nacerá hacerlo de corazón más allá que un sueldo. Igualmente si llegas a necesitar algo en específico sabes que puedes contar conmigo. — Poco a poco fue tomando su distancia cabizbaja cuando lanzó la pregunta ahora hacia ella. Cruzó sus brazos abrazándose a si misma, dejándolos reposar por debajo de su pecho de nuevo buscando el cruzar la mirada con ella.
— Heh, bueno, he estado ocupada desde que me mudé y abrí la florería... Creo que me hacía bastante falta un cambio de aires después de tantos años en el mismo restaurante de paso y la casa en la que estuve viviendo. — Se tomó una pausa en donde abrió la boca pero ninguna palabra salió hasta que su labio tembló un poco. Cerró los ojos con algo de fuerza tomando aire para empujarse a si misma. — Necesitaba moverme, Joe y yo no terminamos en los mejores términos y mientras más separados creo que será lo mejor... —
Conforme sus palabras nacían, igualmente lo hacía el frío, pero no solo el del exterior, se había abierto paso hasta helar la sangre de la loba, quien por segundos parecía verse pálida y el sosiego gobernando la cabaña. No quería volver a caer, carraspeo rompiendo por fin esa ausencia sepulcral antes de que su pecho subiera y bajara con mayor ímpetu. — En fin, aunque sean pasos pequeños, me he ido adaptando y conociendo más gente... no solo siendo la ermitaña del bosque — mencionó lo último en un tono más animado y burlesco.
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Post by Aisling Lynch on Aug 8, 2022 22:29:31 GMT
Por instinto, y por conocer bien a la castaña, había empezado a abrir sus brazos desde antes de que esta saltara por completo hacia ella. La abrazo con mucha fuerza, feliz de que la reacción de su amiga fuera tan entusiasta como la había imaginado en su cabeza. Siempre que sentía que no podía con algo la aprobación y los ánimos de Morgan le hacían creer que podía con cualquier cosa. - Al parecer faltan todavía unos tres meses, aunque habrá varios cursos prop...¿Prope...? - se quedó pensando en la palabra y terminó agitando la cabeza. - Cursos de introducción y esas cosas. - sonrió con una amplia sonrisa. Dejó a su amiga de nuevo en el suelo y notó de inmediato como aquel ánimo que había tenido hace un momento parecía desaparecer de a poco, aquello la puso en una especie de alerta al pensar que tal vez a Morgan no le estaba yendo tan bien. La escuchó atenta, observando sus gestos y el trabajo que todavía le costaba hablar de ellos. Rascó un poco su cabeza y suspiró, no sabía a ciencia cierta que había pasado entre ella y Joe...solo había escuchado que le relación había terminado y se sintió algo culpable de no haber sido más sensible al preguntar. Colocó su mano en la espalda de su amiga y acarició un poco, mostrando una sonrisa suave y tierna. - Lo lamento Morgan, entiendo que el tema sea...todavía sensible. No preguntare de más y solo dime aquello que quieras contarme, incluso si eso es nada en este momento. - Volvió a abrazarla dejando su cabeza descansar unos segundos sobre la suya. - Y que conste que para mi eres la mejor ermitaña del bosque que he conocido. - bromeó de nuevo y soltó una risa antes de soltarla a ella. - Y aunque no sea buena con las plantas iré a comprarte flores para decorar mi departamento, algo de verde sería bueno para no extrañar tanto el bosque. - se separó un poco más para observar el cielo, el cosmos siempre le había parecido fascinante. No solo por la luna que dictaba una parte muy importante de su naturaleza, si no todo lo que involucraba las estrellas que las guiaban en las noches de cacería. - Siento que será un buen descanso, cualquiera contigo lo es. - No podía esperar para volver a ser...ella misma, al lado de su amiga del alma. Tomó la mano de su amiga y la jaló un poco hacia ella, dándole una vuelta como si de una danza se tratara. Una un poco torpe de su parte. - ¿Me concederías está cacería? - Sonrió, mientras elevaba sus cejas de forma graciosa.
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Post by Morgan Ronhart on Sept 30, 2022 0:13:12 GMT
Su mano sobre su espalda trajo consigo una calma a los nervios que se le habían puesto de puntas al recordar los hechos, le brindaba un gran apoyo el volver a verla, como si con solo un toque la hiciera sentir protegida de la crueldad del mundo. Se dejó envolver en la calidez de sus brazos, cerrando los ojos y dejando que su voz la arrullara en consuelo donde poco a poco correspondió el abrazo de manera más serena. — Gracias... aunque creo que necesitaré un tiempo más para poder contarte lo que sucedió... además, era algo que ya venía en decadencia. — mencionó de forma más tenue antes de soltar una risa en un resoplido tras el comentario de su amiga. — Que bonito lugar en tu corazón — dijo entre risas.
Pasó las manos por sus rulos castaños cuando la soltó, alborotando un poco su melena escuchándola — Sabes, con eso estaré más pendiente de enseñarte bien a cuidarlas o al menos que duren más tiempo — se fue abriendo paso a medida que se estiraba para ir entrando en calor antes de su plan — Pero ojo, si se te va la mano con las plantitas te las verás conmigo por no prestar atención, ¿Ok? — clavó su mirada oliva divertida con una ceja arqueada bromeando con ella. — En verdad es muy lindo escuchar eso, estando juntas en las buenas y en las malas, ¿No crees?, vaya par el que somos — la veía con cariño, en ocasiones le parecía ver el reflejo de las dos lobas de cachorras jugando en los bosques, queriendo comerse el mundo a mordidas enormes pero disfrutando cada segundo como si fuera el último.
Soltó un pequeño chillido de sorpresa al ser jalada, pero al igual que ella, giró torpemente con aquellos dos pies izquierdos al danzar, pero siendo lo suficiente para tener a la morena lo más risueña posible uniéndose a su energía — Será todo un honor — contestó con una sonrisa, siendo ahora ella la que tomara fuerte la mano de Aisling para girar juntas comenzando a tomar algo de velocidad por el bosque, una danza ligera, torpe pero que tras el pasar de algunos troncos pudo ver a Morgan transformada en loba esperándola para comenzar la cacería.
— Venga, hay que encontrar algo rico de cenar antes de que la nieve nos vaya a borrar el paso de huellas — relamió su nariz moviendo suavemente su cola, todo para comenzar a olfatear a su alrededor. Era una loba con distintos tonos de café en el pelaje, que hacia que los pequeños copos resaltaran en su melena pero eran sus ojos verdes los que resaltaban más en medio del bosque. — Parecen haber dos caminos, colina arriba o río abajo para cazar, o al menos son los dos rastros más notorios de algún animal cercano —
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Post by Aisling Lynch on Nov 7, 2022 20:25:14 GMT
Asintió a las palabras de su amiga, entendiendo que el tema era complicado de momento. Aun así sintió cierto coraje hacia aquel tipo que había sido la pareja de su amiga, era algo casi instintivo...si alguien hacia sentir mal a Morgan en autómatico se volvía hostil hacia esa persona. Respiró profundo y decidió mejor enfocarse en aquel momento y lugar, en vez de corajes a personas que ni siquiera estaban ahí. Agitó un poco su cabeza, contenta ante el contacto de su amiga. Aunque sonara algo cliché, por ser lo que era, le gustaban esos cariños en su cabeza. Sobretodo si venían de parte de su amiga. Ante su advertencia, aunque bromista, se colocó firme e hizo un pequeño saludo militar. - Claro que si. - dijo y soltó una risita. - Pondre toda la atención del mundo y las cuidare como tu lo harías, o bueno lo voy a intentar. - dijo, ya que sabía que nadie en este mundo podría cuidar flores como Morgan. - Siempre ha sido así Morgan. - dijo. - Por eso los momentos buenos han sido mejores y los malos más llevaderos. - También alborotó un poco el cabello bicolor de su amiga con una gran sonrisa. Giró con ella al son de una música que no se escuchaba, o tal vez era aquella que se dictaba con sus pisadas en el suelo lleno de hojas, con el viento que surruba entre las ramas, los animales que acompañaban con algún ruido propio de ellos. Al ver a su amiga trasnformada no tardó en seguirla, tomando aquella forma de lobo grande con una mata de cabello oscuro donde lo único que resaltaba eran sus ojos color amarillo. Sacudió un poco su pelaje y dejó que sus piernas se acostumbraran de nuevo a andar en cuatro patas, algo que no tardo mucho. Para ella esa forma era libertad y seguridad, aunque no siempre se había sentido así. - Si, no quiero terminar comiendo fideos instantáneos porque fallamos en la cacería. - Bromeó, pero recordando como cuando eran más inexpertas y torpes a veces llegaban con las manos vacías a la cabaña de su amiga. Elevó su hocico ante las palabras de su compañera y olfateó el ambiente, siempre había destacado su gran olfato a la hora de cazar y de momento también sentía que esos dos caminos eran los más probables. - Si vamos río abajo puede que encontremos animales que vayan por un trago de agua. - dijo, su vista se fue colina arriba. - Aunque siempre hemos conseguido presas más grande allá arriba y más peligrosas. - Su cola se movía de un lado a otro, de tener su rostro humano su amiga hubiera podido ver una sonrisa traviesa. - Yo digo que váyamos grande, hace mucho que no hacemos esto y bueno, hagamos un regreso triunfal. - dijo, se acercó a la loba y con su frente tocó el costado de su cabeza. Un gesto cariñoso antes de adentrarse más a la cacería. - ¿La última que llegue paga los fideos si no conseguimos nada? - bromeó y comenzó a correr cuesta arriba sin esperar respuesta. Después de todo siempre había sido muy impulsiva.
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