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Post by Camille Marcet on Jun 8, 2022 1:47:28 GMT
Su semblante fue bastante más ameno y divertido, a pesar de la pesadez y melancolía de su mirada a un primer contacto, era claro que tenía sentido del humor, uno peculiar pero lo tenía. Una ligera carcajada se escapó por fin de sus labios con aquella broma sobre las hierbas. Fue poco lo que duró este momento brillante de la doctora, pues aquella pregunta le heló por unos segundos la sangre. Le retuvo la mirada de forma fugaz, volviendo a bajarla un poco apenada -insegura- de revelar aquello. — Podría decirse que… así es… — elevó su mirada hasta ver su desprolijo cabello antes de devolver su mirada borgoña a la azulada. "Me ayudó… Puedo confiarle esto, ¿verdad?" — Soy una descendiente de un linaje de brujas… Al menos siempre me enseñaron a mantenerlo escondido — su tono era bastante serio — Pero estoy más inclinada al conocimiento que a la práctica — reafirmó antes de levantarse del sofá tras él. — Así que no haré joyería con tus huesos — retomo aquella broma en medio de la carretera que él había hecho. Una cálida sonrisa se hizo presente al escuchar la pequeña anécdota de la niña de la radio. Para sus ojos ese había sido un acto verdaderamente tierno e inocente, además de lo claro que le dejaba él como la pequeña veía al pelinegro. No tardó en seguirlo por el pasillo, aunque no entendía el por completo el propósito de detenerse frente a una pintura, dejándola atenta a los movimientos de Carrey. Podría confiar en su ayuda pero ella no reaccionaba muy bien a los cambios, por lo tanto una pequeña espina desconfiada aún persistía en su sentir. Los ademanes, la reacción del cuadro y la tranquilidad del joven la asombraron a un punto que su rostro no pudo disimular la sorpresa. Viéndolo repetidas veces antes de pasar cautelosa, viendo las escaleras esta vez fijándose más al pisar por su desliz anterior. — Esto definitivamente es más espacioso de lo que parecía arriba — comentó viendo sus alrededores. — Cuando dice cueva de hombre cualquiera podría imaginarse otra cosa, no este tipo de habitación… aunque parece que has encontrado cosas interesantes que hacer en esta montaña — La curiosidad se derramaba a borbotones de la mirada de la pelirroja abriéndose paso y escuchando las advertencias del chico. A un principio con algo de cuidado fue rodeando el lugar, "no rompas nada… es como la tienda de cristalería del Sr. Asmodeus". — Asumo que eres más que un guardabosques… o uno más allá de solamente cuidado de la fauna — merodeaba más confiada por aquel cuarto. Deteniéndose por estaciones cada que encontraba algo nuevo, una estantería en particular llamó su atención, estaba detrás de su compañía, tenía varios frascos, algunos de colores distintos a otros, tomando uno sin etiqueta. No estaba segura de lo que era pero lo siguiente que pudo escuchar Carrey fue un "Plop", un corcho deslizándose del vidrio de un vial… como bien decía el dicho, “la curiosidad mato al gato". Al destapar el vial, lo que parecía ser líquido terminó condensándose en una nube que se disipó alrededor del cuarto. Por muy rápido que quiso volver a sellarlo, el gas se había salido del frasco; la había tomado completamente desapercibida. La pelirroja trató de cubrir su nariz y boca con la manga de su pijama en un burdo intento de no inhalar aquello. — Woah, sabes esto podría tener un mejor etiquetado — comentó tosiendo un poco. Se apresuró a dejar el vial donde lo había tomado, sintiendo como ligeramente su cabeza se sentía más ligera, como cuando las copas y los tragos se comienzan a acumular cuando solo quieres olvidarte de las cosas… algo bastante familiar para ella, él como el cuerpo abandonaba poco a poco la sobriedad. Frunciendo un poco el ceño volvió a tomarlo para enseñárselo, quizá así sabría él cómo disiparlo… o eso esperaba.
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Post by Carrey on Jun 8, 2022 3:51:54 GMT
— Si y no. Efectivamente soy un guardabosques de este lugar, junto con otros compañeros… —agregó— Pero mi preocupación no son osos o linces, de hecho creo que mi mayor peligro es que un maldito wendigo aparezca… Esos desgraciados son cosa seria —negó despacio con la cabeza— Pero generalmente es mantener la paz entre las razas que se esconden en estas tierras… A la vez hago de cazador de los idiotas que no sigan las reglas
Le habló mientras ella exploraba el cuarto y a la vez él continuaba revolviendo cosas en el mortero que al final terminó siendo una masa blanca pastosa, creada a base de polvo de plantas y un poco de aceite de un frasco que alcanzó de su lugar con solo extender el brazo. Todo lo importante o lo que más usaba, lo tenía a la mano. Aquella pasta en verdad era un ungüento curativo, que si bien no era su especialidad mágica, lo aprovechaba de manera distinta con su inusual magia.
De vez en cuando echaba una mirada hacia atrás para verla curioseando en el lugar, estaba en cierta forma emocionado con ella pues hacia un buen rato que no tenía la compañía de alguien y si bien iba a ser una visita de paso, aprovecharía el interactuar con ella hasta donde pudiera. La imagen que tenía de la hermosa pelirroja, hasta el momento había sido la de una persona recta y seria, y el hecho de que le hubiera comentado que su herencia de bruja era algo que debía esconder, agregó a sus pensamientos invasivos que estaba frente a una persona complicada. “Marcet… Necesito investigar ese nombre, me sigue saltando”, pensó mientras se giraba de nuevo hacia su trabajo, para con uno de sus dedos y la ayuda del espejo que tenía cerca, empezar a manchar su rostro, justamente sobre sus heridas formando un reloj de arena muy simplificado. Aquella masa sobre su piel tomaba la textura del gis liquido, rápido secándose sobre su morena piel.
— Ahora si, observa…
Se observó en el espejo una vez más, contemplando las marcas, dispuesto a mostrarle su magia, pero aquel “plop” de fondo lo hizo abrir los ojos y voltear a verla con notoria sorpresa entremezclada con preocupación. La veía demasiado seria como para pensar que se dejaría llevar por su curiosidad, pero como era de costumbre con él, se había equivocado. No necesitó girarse por completo cuando sintió aquel aroma peculiar de lo que alguna vez fue un intento de poción para dormir, a base de vino, pues ya había tenido una experiencia con ella y no pensaba despertar desnudo en medio del bosque de nuevo.
— Camille! — La llamó por pura sorpresa, cubriéndose la boca y nariz con la manga de su suéter.
Se levantó rápido para quitarle la poción de la mano y colocarla en su lugar, a ese punto ya estaba manteniendo la respiración junto con el hecho de que se cubría la cara. Con su mano libre la sujeto de la cintura para empezar a llevarla fuera de la habitación, aunque estaba seguro que había inhalado aquel humo y con eso sería suficiente para dejarla como si se hubiera tomado dos botellas de vino ella sola.
Estando fuera cerró por completo la puerta e incluso se quitó el suéter, incluso si esto significaba dejar a la vista su torso desnudo y sobre todo esos tatuajes. Uso la prenda para cubrir la abertura inferior de esta que era la más grande, aunque igual eso no lo detuvo de seguir encaminandola de nuevo hacia arriba— ¿Estas bien? ¿Qué tanto inhalaste? — Le preguntó volteando hacia ella sin soltarla.
Se movió lo más rápido que su cuerpo le permitió en esos momentos, pero igual la pesadez comenzó a invadirlo conforme fue subiendo, al punto de tener que sostenerse por completo a media escalera y tener que sostenerse de la pared con su mano libre. Quieto en su lugar, intentó recobrar la compostura, por suerte estaba no tan cerca de ella como para inhalar directamente todo, porque a saber que hubiera pasado con los dos completamente borrachos. “Oh demonios… Y yo que quería tomar una o dos cervezas antes de dormir”, sacudió su cabeza un poco al mismo tiempo que continuó subiendo una vez más, preocupado por la sobriedad de la pelirroja y la suya, que tampoco sería la mejor.
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Post by Camille Marcet on Jun 8, 2022 4:44:10 GMT
No iba a mentir, su profesión sonaba bastante más pesada después de esos comentarios y el tener que lidiar entre criaturas sobrenaturales. Ahora podía darse una mejor idea de a que se refería cuando mencionó a un perro bastante grande como el culpable de sus heridas.
Retiró las manos cuando le quitó la poción, temiendo por su reacción... Pero como iba a saberlo, se veía completamente líquida, nunca se le cruzó por la mente que podría gasificarse.
— ¡No pensé que fuera a hacer eso! ¡Lo siento! — apenas se le entendía pues tenía cubierta su nariz y boca.
Se apresuró a salir como la guiaba de la cintura. Pero era demasiado tarde, había inhalado el primer gas de la poción... Como tal no olía mal, había sido un aroma bastante familiar para ella y del cual recurría por algunas noches.
Fue subiendo pero cada vez sentía más difícil el tener que llevar su cuerpo, como si pesará más de lo que realmente hacía y tambaleándose como si la cabaña estuviera realmente sobre una ligera marea, moviéndose.
— Huh... No estoy segura, pero no olía nada mal — por mucho que la pelirroja siempre buscará mantener su porte serio, esta vez no podía dejar de sonreír, ¿Por qué?, No lo sabía solo se dejó llevar por como se sentía.
Al llegar de nuevo al pasillo, Camille se recargó en la pared, riendo, dejando ver sus mejillas sonrojadas resaltando en su pálida piel. De una mirada bastante lasciva barrió a Carrey sin nada que cubriera su pecho.
— ¿Que tenía esa poción?... Porque me está haciendo tener una muy buena vista — sonrió ladeada tambaleándose en su lugar mientras lo veía. — Sabes, eres bastante lindo — con aquella clase de comentarios dejaba ver que si estaba teniendo otros efectos. Sobria no tendría la osadía de lanzarse así al acecho o ser ella la que diera un primer paso… iba totalmente en contra de como "era ella".
Sus sentidos se nublaron de un momento a otro, sin poder pensar muy bien lo que hacía o decía. Agitó sus manos en una clara señal de calor o bochorno en ella a pesar de que afuera estuviera el viento gélido, la pelirroja sentía como si la chimenea hubiera disparado la temperatura. Entre un caminar torpe se trataba de acercar a Carrey.
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Post by Carrey on Jun 8, 2022 5:31:17 GMT
Contrario a ella se sentía más relajado, pero eso no quitaba el hecho de que hubiera hecho una buena allá abajo que lo dejara mareado tambien. Caminó hasta la cocina para ir por un poco de agua la cual bebió de golpe y procedió a llevarle un vaso a ella también, aunque viéndola a duras penas manteniéndose de pie, optó por llevar el vaso hasta la sala donde la dejó en la mesita pequeña que estaba junto al sofá.
Suspiró con pesadez y clara irritación al escuchar a la pelirroja riendo tontamente a causa de los efectos del alcohol”, es cierto que tal vez debió avisarle de algunas cosas, pero en serio no esperó que ella fuera a abrir algo. “Para ser una médico, es bastante torpe con los productos embotellados… O es que en serio no pensó que pasaría algo?” entrecerró sus ojos mirando hacia el techo, ligeramente molesto por la idea de que no lo estuviera tomando en serio.
Nuevamente caminó hacia ella solo para ser recibido por esa descarada mirada que lo hizo incluso arquear una ceja, si bien no estaba al nivel de ella, la sobriedad lo había abandonado también y no podía evitar ver sus acciones como provocaciones— Lindo no es la palabra que usaría para describirme y menos dejando los ojos expuestos… Ven aquí, ven a tomar agua — La sujetó de la muñeca con cierta brusquedad, midiendo muy mal la fuerza que estaba usando en esos momentos. De un jalón fuerte y el hecho de que ella estuviera apenas manteniéndose en pie, la acercó hacia sí mismo hasta que sus cuerpos chocaron de frente, algo que lo hizo abrir sus ojos un poco por haber forzado aquel toque de pechos que le hizo darse cuenta de que la pelirroja estaba… Dotada con ciertos atributos. “Casi dos años en solitario no es sano... ”, la apartó un poco de él.
— Ejem... Gracias por eso —Susurró sonriéndole con cierta burla— Básicamente te echaste encima una poción con los efectos de una botella de vino entero, toma agua y quédate quieta o te lastimarás, yo también no me siento muy bien… Solo no te vayas a tirar el agua encima — Agregó señalándola.
Se sentó a su lado, cerca del vaso con agua el cual tomó para acercarlo hacia ella, tal vez un café también hubiera sido bueno, pero no quería dejarla sola mucho rato y honestamente solo el tiempo sería lo suficientemente eficaz contra lo que ella tenía en esos momentos.
“Tiempo… Cierto”, recordó que estaba tratando sus heridas y si bien le hubiera gustado enseñarle exactamente lo que podía hacer, en esos momentos ya no importaba, por lo que procedió a terminarlo con cierta decepción. Tras un bufido de molestia, alzó su mano diestra hacia su propio rostro y cerró los ojos al mismo tiempo que acomodó dos de sus dedos; el índice y el corazón, ambos sobre las marcas blancas que había hecho antes. El resto de sus dedos también los acomodó de una manera tan precisa que dejaba fácil ver que todos los movimientos de su mano estaban planeados y con unas cortas palabras que musitó, la “tinta” de su rostro comenzó a desaparecer, junto con la inflamación de su cara. No había hecho que desaparecieran por completo, pero donde había heridas recién hechas, ahora quedaban estragos de una pelea de “semanas atrás”.
— Ugh… Si, hace calor —corroboró su queja, aunque más consciente de cuál era la razón— Voy a mover la chimenea, no te muevas de aquí… Quieta — La regañó cual cachorro, incluso señalándola.
Se levantó lento y con cuidado para acercarse a la chimenea, no era como que pudiera hacer mucho con las brasas ya ardiendo y la leña, por lo que optó por separar la madera un poco, lo suficiente para que no se empezará a consumir entre ella, además usó las mismas cenizas para intentar apagar un poco el fuego. No logró apagarla, pero sí evitaría que siguiera ardiendo con la misma intensidad.
En medio de su intento de apagar aquello, comenzó a reír un poco por la ironía de la situación en la que se había metido y en la que la había metido. Entre risas bajas y movimientos de cabeza que recriminaba sus decisiones —las de ambos— lentamente terminó recostándose boca arriba en la cómoda alfombra que por estar al ras del piso, era más fresca. Alzó su mano hacia ella y le hizo una señal con esta para que se acercara también, invitándola a acompañarlo para que también se refrescara un poco.
— Cuando… Decía que te veías complicada… No me refería a este tipo de complicaciones — Susurró, suficientemente audible para ella
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Post by Camille Marcet on Jun 8, 2022 22:25:14 GMT
Por mucho que intentara volver a sus sentidos, su cuerpo no reaccionaba dejando sus propios comandos como ordenes difusas reflejando tanto su interior como exterior. No solía dejar que a menudo perdiera el control por el alcohol u otras sustancias, la doctora tendría que tocar fondo para dejarse ir de esa manera; ni siquiera podía aflorar la frustración por aquello, pesados parpadeos y sonrisas despreocupadas aireaban su cabeza dejandole ligeros mareos. — Pero lo ere- — como tal no pudo terminar su frase por aquel tirón. En esos momentos su torpeza superaba, no alcanzando a frenar al ver como se iba de frente ante el cuerpo de Carrey... incapaz de diferenciar si había sido su embriagues, una fuerza bruta de él o una mezcla de ambas la hicieron chocar con su pecho, dejando salir un pequeño jadeo. Cruzó sus brazos sobre sus pechos al ser separada, no quitandole la mirada de encima, buscando aquellos safiros. — ¿Por que tendrías algo así? — preguntó arqueando una ceja — ¿O ese fue tu plan desde el principio? — una sonrisa coqueta se dibujó sobre sus labios. Se dejó caer en el sofá bastante cerca de él bastante despreocupada, alcanzando el vaso de agua para beber de él. Apenas derramó un pequeño chorro que se deslizó de su barbilla recorriendo su cuello y mojando poco su playera; quiso ocultarlo rápidamente poniendo su mano sobre su prenda, dejando el vaso casi vacío en la mesa. Ladeó su cuerpo sobre el sofá, recargando su cabeza sobre su mano en el respaldo para poder apreciar mejor al moreno, aquella poción le había arrebatado la cordura pues los pensamientos que estaba teniendo eran tan subidos de tono... pero había pasado tanto tiempo sola que había olvidado el acercamiento y el millar de sensaciones que involucraban un acto tan íntimo. No conocía de nada a Carrey, sin embargo, esto no quitaba la atracción que estaba presentando a él en el momento... fuese efecto de la poción o su mismo subconsciente. No le quitó la vista de encima, lo vio hacer ademanes al mismo tiempo que recitaba palabras que no entendía pero delante de sus ojos pudo ver como su rostro se iba sanando. Apenas recordaba que en la habitación de abajo estaba moliendo algunas cosas pero en ese momento todo era borroso por mucho que forzara a recobrar su sobriedad. — Podrías enseñarme a hacer eso... — comentó torpemente. "Si me divierto un poco no estaría mal.. ¿No?, no es un engaño si ya no está" Un pequeño puchero salio de su boca cuando le insistió que no se moviera de su lugar, quería estar cerca de él. La pelirroja se mantuvo observandolo, como si en cualquier momento estuviera a punto de lanzarsele encima como una presa, poco a poco reclinandose al frente pero su llamado la hizo detenerse. Había regresado la sensación del agarre de su muñeca, la busquedad... no estaba acostumbrada a eso... Se levantó despacio, quitandose el abrigo que tenía puesto, seguido de caminar hacia él. Se acomodó a su lado, apenas alzada con el antebrazo, dejando expuesto su rostro y detrás de ella una larga cascada escarlata que formaba su cabello, no había respetado mucho el espacio personal de Carrey, con aquella sonrisa embelesada queriendo llamar su atención. Extendió su mano hasta tomarlo de la barbilla, invitandolo a verla al rostro. Sin apartar su mano, sus dedos fueron subiendo hasta pasar por donde quedaron las cenizas de sus heridas, un ojo sano apenas entintado; detuvo su mano en sus labios. — Hmm, pues estas complicaciones son más divertidas — musitó jovial. Se fue inclinando sobre él pegando su pecho de nuevo y acercando sus labios lo suficiente para llegar a rosar los ajenos. — No estas enojado conmigo... ¿verdad? — no necesitaba elevar su tono de voz con aquel acercamiento. — O igual puedo contentarte de otra manera —
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Post by Carrey on Jun 9, 2022 5:49:00 GMT
— Shhssh, nada de eso… Iba a tener otra función, pero salió mal— Suspiró irritado ante el comentario atrevido de ella— Yo que iba a saber que una bruja iba a venir a abrirla — sonrió burlón al decir aquello.
Habían sido pocos los segundos que pasó a solas mirando hacia el techo, pero fue tiempo suficiente para que su cabeza navegara en recuerdos desagradables, ¿por qué estaba recordando ese tipo de cosas? Lo atribuyó a la pérdida de neuronas del momento, ya que si bien su tez morena no delataba el calor de sus mejillas, estaba a un nivel alto de alcoholización… Pero no le costó ver que su “yo borracho” era mucho más apacible que el de la pelirroja a quien tenía ahora a un lado, bastante cerca.
Giró solamente su mirada al comienzo con un claro gesto irritado ante la cercanía, era preciosa y sus ojos constantemente se habían estado paseando de arriba a abajo sobre ella, pero en esos momentos se había convertido en la causante de un problema mayor y le tenía algo de rencor infantil e irracional.
— No son divertidas, son… —pensó en alguna palabra astuta que nunca llegó— Molestas… — Calló un momento antes de siquiera empezar con sus reclamos, pues la mano de ella se había posado en su barbilla y no solo eso, había tenido el atrevimiento de girar el rostro hacia ella.
La miró con sorpresa por un momento y apenas sintió sus carnosos labios rozando los propios, se levantó toscamente casi llevándose a ella en el camino. Antes de sentarse por completo en la alfombra, sujetó una de sus manos la cual alzó un poco en un ademán de regañarla, pero no lo hizo y tampoco no duró mucho tiempo sentado pues de nuevo se giró hacia la pelirroja con quien forcejeó lo necesario para tumbarla de espaldas contra la alfombra. Teniéndola firmemente agarrada comenzó a treparse sobre ella en un claro intento de dominarla, pues la tenía sus pálidas muñecas aprendidas contra el piso, mientras usaba una de sus piernas para empezar a separarlas de ella y colarse entre estas.
Desde encima de ella clavó su mirada en la de la joven, incluso si no había sido intención de ella, no pudo evitar sentir sus palabras como una provocación que claramente no dudó en responder. Una pequeña parte de él se cuestionaba la situación, esa parte sobria que le quedaba en algún rincón, pero mayormente su cabeza flotaba entre pensamientos enojados y cada vez más lascivos por culpa de la pelirroja. Hacía un buen tiempo que no estaba con alguien y menos recordaba la última vez que estuvo con una mujer tan hermosa como ella, aunque esta venia con un extra de “problemática”.
— Acepto… Te usaré para contentarme — Susurró con una clara sonrisa maldosa.
Su mirada recorrió su rostro desde sus ojos, donde se detuvo para apreciarlos un momento y ser él ahora quien iniciara un roce entre sus bocas. Al comienzo fue solo un beso corto para probar sus labios, además de que quiso observar la reacción de ella, pero antes de siquiera dejarla tomar aliento nuevamente pegó sus labios, solo que esta vez de forma intensa. Libre de la herida de su labio, no tuvo problema alguno en besarla con tosquedad, forzando incluso su lengua contra la de ella para que ni esta se salvara de aquel beso posesivo que no planeaba romper pronto, incluso si ella lo intentaba.
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Post by Camille Marcet on Jun 9, 2022 17:54:05 GMT
Apenas se iban a curvear las comisuras de sus labios en una sonrisa victoriosa al ver su rostro y sentir sus respiraciones entremezclandose... que claro fue una victoria fugaz, pues el abrupto movimiento de Carrey casi pasó a atropellarla en el momento. En su cara yacía el asombro por la rápidez, no creyó que fuera a reaccionar de esa forma, ¿le disgustaba?, ¿en verdad estaba tan molesto?, no comprendía la razón de su gesto. — Car- — ni bien pudo llamar a su nombre antes de que la sostuviera. Forcejeó por el agarre brusco pero la fuerza de la pelirroja era casi inexistente, era bastante frágil y delicada, tal como una rosa a la cual aún no le había visto ninguna espina en el tallo. Fue bastante sencillo tumbarla a sus espaldas, todavía escuchando un leve quejido de su parte; sus ojos ahora estaban bien abiertos, viendolo sobre ella y sintiendo como el moreno se abría paso entre sus piernas. Ella lo había provocado, pero ¿era esta era su forma de mantenerla quieta?, porque era una buena solución, sin embargo ese fue el pensamiento que se le vino de primera instancia, ya lo había visto irritado, "Quizá solo lo piqué de más...". Su rostro aún permanecía con el notorio sonrojo sobre su pálida piel, tan fácil como se marcaba su piel, no sería de extrañar que si él llegaba a mover su agarre podría verlo marcado sobre su piel. "¿Cómo?... ¿No... le molestó?"Su cabeza daba vueltas, mareada, pero con ese primer beso, no pudo evitar entrecerrar más sus ojos, queriendo sentir la calidez de unos labios contra los de ella como una primera vez. Abrió los ojos cuando se separó un poco, dejando ver su rostro sonrosado, sereno con un tinte de ¿felicidad?, ¿placer?, ¿deseo?. Era una mezcla de todo, no podía evitar sentir como todo dentro de ella era una explosión de sensaciones, fuese un efecto secundario o un pie aterrizado en la sobriedad.
El como continuaron los besos era inesperado, estaba claro que ella no estaba acostumbrada a ese tipo de sed por tomar a alguien de esa manera y lo dejaba más que claro al mostrarse más torpe en la danza constante entre sus lenguas. Pequeños gemidos ahogados por los besos se dejaban escuchar desde su garganta que aclamaban aliento al poco tiempo. Correspondió lo que pudo, sintiendo como su pecho subia y bajaba más alterado pasando a acariciar una de las piernas de Carrey con la suya; de esa forma se sentía tan pequeña, había pasado de ser la depredadora a la presa en un parpadeo.
Cuando el aire comenzó a ser cada vez más escaso, podía verla removiendose un poco debajo de él sin mucha libertad, incluso si buscaba romper el beso no le estaba funcionando. No se sentía para nada mal, todo lo contrario, ese beso tan salvaje a su parecer, la hacía sentir... deseada, era algo desconocido; en sus años de matrimonio jamás se sintió así. Nunca había experimentado sensaciones más fuertes.
La pelirroja terminó por ceder a él, únicamente frenando su parte dando una mordida muy ligera y tímida en su labio para frenarlo a él un momento para recuperarse. En su mirada no cabía el brillo de curiosidad, reflejando casi al chico en ese mismo espejo, su corazón latía arrebatado por la intensidad.
— Por favor... — susurró sobre sus labios.
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Post by Carrey on Jun 13, 2022 21:14:58 GMT
Los quejidos suaves que soltaba y sus movimientos con intenciones de escape, solo hicieron que él fuera un poco más firme en sus agarres. No tenía su peso encima de ella, pues si bien estaba en medio de sus piernas, estaba un tanto arrodillado, sosteniendo su propio peso y el que llegaba a hacer ella por recargarle mucho sus piernas.
Continuó con el beso que prácticamente le había robado, hundiendo cada vez más en un mar de sensaciones a medida que el tiempo pasaba y si bien al comienzo había sido tosco y egoísta por sus intenciones de dominarla, poco a poco el tacto de sus labios se había convertido en algo más gentil, deseoso por ella, pero que después de minutos, terminó por cortar gracias a la mordida por parte de ella.
Sus ojos entrecerrados, terminó de abrirlos al mismo tiempo que alzaba más su cuerpo y su cabeza para verla directo al rostro, en todo momento manteniendo esa cercanía íntima. De a poco soltó sus muñecas, pero eso no significó que la había dejado ir, pues igual se mantuvo encima suyo con solo que con ambas manos apoyadas en la alfombra al nivel de su cabeza, casi estaba a ganas encima de ella pero dejando más inclinado el torso hacia ella para seguir presionándola, robándole cortos besos en sus labios o dejando uno que otro en sus mejillas y barbilla.
— Por favor… Que? Por favor, detente? Por favor, continua? — Susurró bajo con claro tono burlón— Te ves confundida, doctora… Pero tú empezaste esto y yo voy a terminarlo…
Bajó su rostro un poco más, con intenciones de acercarse a su cuello, pero siguió incluso más bajo pues había apuntado directo a su pecho, donde recargó suavemente el rostro aprovechando del tamaño de su busto para acomodarse plácidamente en el — Puedo ser más gentil si quieres, aunque no es mi especialidad... — Comentó bajo con clara maldad en su sonrisa. La pijama de la pelirroja no era exactamente una que cubriera mucho de su pecho por el tipo de tela floja que era y el hecho de que estuvieran revolcándose en el suelo un poco, tampoco ayudó a que se mantuviera fija en su lugar. Irguió su espalda lo suficiente para poder sostenerse con sus piernas y esta, mientras sus manos grandes y ásperas se posaron por debajo de su pijama, en el área de su cintura. La sujetó suavemente hasta donde sus manos le permitieran y dejó sus pulgares encima de sus costillas pues fueron estos los que empezaron a colarse más hacia arriba, por debajo de la blusa aún y con intenciones de abrirse paso por debajo de su sostén.
— Desde que te vi en la carretera me di cuenta de que eres alguien con bastante peso encima… Yo puedo ayudarte a sacar todo eso —Habló bajo, mirándola a los ojos— Somos dos desconocidos, en medio de la nada, que posiblemente no se vuelvan a ver nunca… Si tienes pareja, créeme que será difícil que llegue a decirle algo — Rió bajo, con una clara expresión escéptica en su rostro— Tengo muchas cosas para divertirnos, incluso si no es de esta manera...
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Post by Camille Marcet on Jun 15, 2022 3:22:25 GMT
Quería enfocarse en el chico, plantar los pies en la tierra para lograr dar una respuesta más concreta pero no estaba siendo nada fácil; entre el mareo y ligereo de cabeza por la tremenda cogorza de la poción, el ardiente bochorno y los zafiros intensos de Carrey no pudo articular su petición. Estaba embelesada, queriendo pensar con claridad en vano, solo terminaba por seguir inconscientemente los besos cortos que coloreaban su piel. — Lo estoy... — susurró siguiendo con la mirada los movimientos del pelinegro. A pesar de que hubiera deshecho el agarre de sus muñecas, Camille yacía petrificada debajo de él como un cordero entre las garras de un lobo. Tragó con dificultad viéndolo acomodarse entre su pecho, haciéndola moverse por fin para llevar ambas manos al comienzo de su busto para mantenerlos en posición a pesar del movimiento de la ropa y el chico colándose. Estaba en una lucha enardecida por poder explicarle lo que en verdad sucedía por su cabeza, sin embargo su mente y su boca habían cortado la conexión del momento; lo único que podía hacer en esos instantes era escucharlo sin ser capaz de ocultar el sofoco. Su piel se erizó conforme fue subiendo sus manos por su cintura hasta detenerse, provocando un suspiro de su parte. "¡Concéntrate mujer!". Se recriminaba una y otra vez con la mirada clavada en la contraria. — Tiene demasiado tiempo que yo no hago esto... — hizo una ligera pausa — No me gustaría cargarte con eso... — frunció un poco el ceño desviando su mirada de él, llevando sus manos hasta los antebrazos de Carrey para detenerlo suavemente en un agarre inseguro, como si sus palabras no concordaran con lo que realmente parecía querer su cuerpo. En verdad no tardó mucho en retozar a medida que uno de sus recuerdos se hacía presente, trato de tener una distancia algo torpe con él, peleando sobre todo con aquellas voces que la rondaban. "Él ya no está" Con eso último, regresó su mirada a al chico, sutilmente vidriada, dejando de imponer resistencia, parecía estar rendida tras esa pequeña batalla. ¿Qué tenía que perder a este punto?, ¿Quién podría enterarse si hacían algo?. — Carrey — lo llamó en un susurro — Aunque quisieras decirle... él ya no está — elevó su diestra hasta la mejilla del moreno para acunarla — Soy viuda desde hace algunos años... pero jamás me he atrevido a volver a experimentar de esta manera... — Pasó su pulgar delicadamente por su pómulo como una leve caricia, su mirada se mostraba apenada con ella misma por mostrar ese lado lascivo de su parte. — Pero me sentí... deseada... cuando me besaste — su mirada reflejaba igualmente deseo por seguir experimentando todo aquello. — Por favor... se más gentil... — confesó honesta en un susurro, terminando por dar luz verde sobre su cuerpo.
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Post by Carrey on Jun 17, 2022 5:58:08 GMT
Con suaves agarrones de sus brazos o muslos, se encargó de que ella no pudiera escapar por completo de la situación en la que se había metido de cabeza. Cada empujón notorio en su contra, lo detenía apartándole sus manos de él y aunque eso significaba cortarle las intenciones de tocar sus pechos, igual disfrutaba por completo de aquella “pelea” con ella. “Tiene tan poca fuerza esta mujer…” Sujetó sus muñecas una vez más tras señalar su amplia temporada de no relaciones sexuales, algo que lo hizo sonreír con cierta incomodidad, revelando que estaban en las mismas, aunque contrario a ella, sentía más confianza en lo que tenía que hacer y lo que quería hacer con ella.
— Que digas eso significa que no hay nadie, entonces podemos recordarlo juntos sin culpas…
Bajó hacia la alfombra sus manos para soltarlas una vez más. Nuevamente llevó las suyas hasta el pecho de la joven el cual no dudo en sujetar esta vez y presionarlo suavemente por encima de su pijama. Había sido un apretón repentino y en cierta forma juguetón que tenía como objetivo molestarla y provocarla a seguir peleando con él, además de que era una venganza infantil al haberlo detenido todo el rato de hacer aquello de forma seria. Ese tonto jugueteo lo detuvo al instante de escuchar su apodo saliendo de sus labios con ese tono tan bajo y un tanto serio. Fue ahí donde notó los ojos llorosos de la mujer que lo hicieron ladear un poco la cabeza, acaso se estaba pasando? Se cuestionó un momento, pero pronto entendió que no había sido él… Al menos no de la manera que creía.
Acababa de soltarle una bomba con esa noticia, pero ahora entendía el porqué esa mujer le daba un aire tan solitario y tenía esos ojos tan hermosos pero… Apagados. No se había equivocado tanto cuando bromeó con que estaba maldita. Apoyó de nuevo sus manos junto a su cabeza, encima de esos mechones largos rojizos que se regaban en la alfombra. Aprovecho para inclinarse un poco hacia el rostro de ella una vez más y desde cerca escuchó con atención las palabras de la pelirroja junto con la suave caricia por parte de ella que se hizo presente, gesto que correspondió recargándose más en su suave mano.
Pensaba que las palabras de ellas iban dirigidas a un “ya detente” más serio de lo que había sido hasta el momento, algo que odió, pero ese final lo hizo soltar un bajo bufido revuelto con una risilla. Incluso si le había confesado todo aquello, en ningún momento sintió la moralidad como para querer detenerse, pero ahora tenía más permiso que antes de hacer lo que quisiera… Aunque con cierta traba, una que no iba a dudar en saltarse.
— Gentil? Claro… —Respondió rápido y monótono — Entonces no más forcejeos? No arañazos, no mordidas, no jalones? — preguntó mientras hacía su cuerpo hacia atrás una vez más para quedar de rodillas en medio de sus piernas. Llevó sus manos hasta su propia cabeza para echarse el cabello hacia atrás y pasear su mirada a una mesa pequeña que estaba cerca de ellos. “Qué suerte que dejé eso ahí hace tiempo y jamás lo moví”. Extendió su mano hasta este mueble y del único cajón que tenía rebuscó algo que terminó sacando; un sobre negro cuadrado y delgado. Miró desde arriba a la pelirroja a quien sujeto suavemente de sus rodillas con aquel sobre en una de estas— Dudo que seas virgen, pero que hay del sexo oral… O anal? — Mencionó más bajo eso último y con una sonrisa adornando sus palabras— Ya sabes… Pregunto para no hacer nada que te asuste…
Bajó sus manos por los muslos de la pelirroja desde sus costados, ambas se movieron hacia su cadera, pero ni siquiera llegaron al borde de su pantalón cuando apretó la tela y lentamente comenzó a bajarlo, aprovechando su posición para sacarle la prenda fácilmente. De forma poco sutil el pijama que traía terminó en el suelo lejos de ambos, pues la lanzó detrás del sillón. No iba a dejarla salirse con la suya y nuevamente terminó con ambas manos sobre ella, esta vez detrás de sus rodillas desde donde alzó y abrió un poco sus piernas, solo dejando que fuera la ropa interior lo que evitará que sus zafiros vieran por completo su desnudez, pues sus ojos estaban clavados en su intimidad, algo no disimuló ni un poco.
— Creo que desde aquí puedo ver que estás mojada… Húmeda, perdón — Corrigió con una falsa expresión de preocupación por “haberse equivocado”— Ser gentil, lo tengo — Asintió suavemente con su cabeza.
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